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Medir la corrupción, un reto al desarrollo sostenible

Carlos Cortés Zea

Oficial Nacional de Gobernanza Efectiva y Democracia, PNUD en México

“La corrupción alimenta la desilusión con el Gobierno y la gobernanza y se encuentra, a menudo, en la raíz del disfuncionamiento político y la desunión social”

António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, durante la Primera Reunión del Consejo de Seguridad sobre las relaciones entre la Corrupción y el Conflicto, 10 de septiembre de 2018

La corrupción reduce las oportunidades de las poblaciones que corren el riesgo de quedarse atrás. La corrupción aumenta las desigualdades; empeora la pobreza y el crecimiento económico; tiene un impacto desproporcionado en las mujeres y niñas; amenaza el desarrollo de países ricos en recursos naturales; alimenta el conflicto; socava la entrega de asistencia humanitaria y para la reconstrucción; forma parte y expande el crimen organizado; promueve medios ambientes antidemocráticos; y viola los derechos humanos. La corrupción es, en suma, un obstáculo para que las poblaciones vulnerables accedan a los beneficios del desarrollo sostenible.

Al mismo tiempo, la lucha contra la corrupción fortalece a las instituciones proveedoras de servicios públicos; amplía la igualdad de género y los derechos humanos; asegura recursos para la mitigación del cambio climático; y habilita mecanismos de transparencia y rendición de cuentas en el ámbito público (UNODC, UNDP [2018]. Corruption and sustainable development. United Against Corruption).

Desde su adopción, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) reconocen la importancia de los esfuerzos para consolidar la gobernanza efectiva y construir instituciones sólidas como catalizadoras del desarrollo sostenible, así como el enlace explícito entre la lucha contra la corrupción y las sociedades pacíficas, justas e inclusivas.

Particularmente, el ODS 16 Paz, Justicia e Instituciones Sólidas y sus metas 16.4 reducir flujos financieros y de armas ilícitas, 16.5 reducir la corrupción y soborno; 16.6 crear instituciones eficaces, transparentes y que rindan cuentas; 16.7 asegurar que la toma de decisiones sea inclusiva, participativa y representativa; y, 16.10 fortalecer el acceso a la información, representan una aspiración ambiciosa y una condición sine qua non para habilitar el alcance de la totalidad de los objetivos que conforman la Agenda 2030.

En otras palabras, el ODS 16 no se puede abordar aisladamente, ya que tiene lazos fuertes con otros objetivos. De acuerdo al enfoque ODS 16+, en total, 36 metas de otros siete ODS miden directamente algún aspecto relacionado con la paz, la inclusión, el acceso a la justicia o la lucha contra la corrupción, con solo un tercio de estos pertenecientes al ODS 16 (Global Alliance [2019]. Enabling the implementation of the 2030 Agenda through SDG16+: Anchoring peace, justice and inclusion). En conjunto, los esfuerzos anticorrupción promueven el acceso a y mejora de la calidad de los servicios públicos que, a su vez, ayudan a progresar en otros ODS -por ejemplo, el 3 Salud y Bienestar, el 4 Educación de Calidad y el 6 Agua Limpia y Saneamiento. Para reportar el progreso en materia de paz, justicia e instituciones sólidas, considerar el enfoque ODS 16+ es crucial para acelerar el progreso en la Agenda 2030.

Según evidencia recolectada por distintas iniciativas de la ONU, no obstante, el avance para medir, monitorear y transversalizar el ODS 16 ha sido lento a causa de cuatro brechas: 1. en muchos países, las capacidades institucionales y la voluntad política son insuficientes para implementar las metas anticorrupción del ODS 16; 2. existe una brecha de conocimiento en materia de transversalización e integración del ODS 16 y las metas anticorrupción en planes nacionales, sectoriales y de desarrollo local; 3. hacen falta metodologías y datos para comparar y monitorear el progreso en el ODS 16 (e.g. sólo el indicador 16.6.1 cuenta con datos y una metodología establecida); y 4. también hacen falta mecanismos nacionales eficaces de coordinación y monitoreo para involucrar a actores relevantes, como los son auditores, agencias anticorrupción, OSC y parlamentarios, por mencionar algunos (UNSSC [2019]. Moving from commitment to action: Integration of Anti-corruption in Sustainable Development Goals).

En México, tenemos la suerte de contar con la existencia de un Sistema Nacional Anticorrupción en el que confluyen las agencias relevantes del combate a la corrupción, además de contar con una representación ciudadana a su cabeza. Celebro la creación del presente Catálogo de Información sobre la Corrupción en México (CICM) y reconozco su contribución para cerrar las brechas metodológicas en materia de medición del progreso en el ODS 16. La herramienta es relevante porque concentra y facilita el acceso a datos a fin de dimensionar el fenómeno de la corrupción, diseñar respuestas inteligentes y fomentar una participación ciudadana informada.

Por todo esto promoveremos el Catálogo y apoyaremos su difusión, para posicionarlo como un instrumento indispensable en la ruta de mejora de la medición de la corrupción y en su calidad de reto al desarrollo sostenible.

Enhorabuena.

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